Se descifra con una palabra: el amor.
Se entiende con un objetivo: la paz.
Se vive con una dimensión: la fe.
Se pregona con un instrumento: la voz.
Se vive en un lugar: en el alma.
Se transmite de una manera: con la alegría.
Se refleja en un rostro: María.
Se contempla en una persona: Jesús.
Tiene su origen en Alguien: Dios.
Tiene su fin en alguien: el hombre.
Tiene como discreción una persona: San José.
Tiene como pureza una mujer: María.
La Navidad.
No se palpa, si hay egoísmo.
No se siente, si hay incredulidad.
No se canta, si hay demasiado ruido.
Pasa de largo, si no se le hace sitio.
Es indiferente, si no se sintoniza con el amor.
Es plomiza, si se reduce al puro sentimentalismo.
Es grande, si el hombre se hace pequeño.
Es divina, si el hombre aprende a ser hombre.
Es salvación, si las personas quieren cambiar.
La Navidad es Navidad, si el hombre apuesta
por el camino de una nueva humanidad.
P. Javier Leoz
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