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lunes, 25 de enero de 2016

Quiero ser estrella - P. Javier Leoz


Para alumbrar a los que quieren salir de la oscuridad a la luz.
Para llevar a los hombres a la aventura.
Para guiar a los que buscan sin encontrar.

Quiero ser estrella.
Para levantar ilusiones y apagar temores.
Para levantar el ánimo de los que andan caídos.
Para sacar, a quien lo desee, de las mazmorras de su egoísmo.

Quiero ser estrella.
Para que, en el cielo, se escriba una palabra: ESPERANZA.
Para que, en el la tierra, se firme un pacto: AMOR.
Para que, en el corazón, suene una melodía: DIOS.

Quiero ser estrella.
Para que, el hombre, piense
y nunca olvide el cielo.
Para que, el hombre, siempre se ponga en camino
y nunca permanezca quieto.
Para que, el hombre, descubra lo grande que se es,
cuando a Dios, se le pone ante todo y sobre todo.

Quiero ser estrella.
Para que muchos descubran el gozo de la fe.
Para que otros dejen de adorar a lo que, Dios, no lo es.
Para que otros tantos, vayan y vean que Dios
apuesta, cree y vive por el hombre en Jesús.

¿Quieres ser estrella?
Es muy fácil: ilumina tu camino con la luces de la paz,
del amor, de la perseverancia, de la alegría y de la fe.
Y, comprobarás, que muchos…seguirán sus destellos

P. Javier Leoz

miércoles, 6 de enero de 2016

Caminan, buscan y entregan - P. Javier Leoz



Reyes Magos, que saliendo de vuestros reinos,
cabalgáis en busca de Aquel que también dejó el suyo.
Decidnos:
¿Cómo  encontrar la ruta de Belén?
¿Cómo es la estrella que nos lleva hasta el Redentor?
La ruta de  Belén, es el camino de cada día.
Es la valentía de los que creen en medio de dificultades,
o la  persistencia, aún en medio de tormentas.
Es la curiosidad de indagar y avanzar
aunque no se vislumbre nada en el horizonte.

¿Y la estrella?
La estrella es la luz que ilumina el corazón.
La intuición de saber que, Dios, siempre acompaña.
La esperanza que te invita a seguir adelante
o la mañana en la que sientes
que Dios te espera, que Dios te aguarda.

Decidnos, Reyes Magos, ¿cómo es Dios?
Dios, es imposible de descifrarlo:
Lo vimos, y  le adoramos.
No nos habló, pero nosotros lo hicimos con agasajos.
Le presentamos la riqueza que el mundo tiene
y de la que tanto le cuesta desprenderse.
Le ofrecimos el incienso con el cual el hombre
hoy, en vuestro tiempo,
perfuma y ensalza todo lo material,
olvidando al Único que es digno de tal honor.

Dejamos a sus plantas, con lágrimas en los ojos,
la humanidad y sus pecados,
el mundo y sus contradicciones,
la tierra y todo lo que le atemoriza.
Pero, sobre todo, como regios llegados desde lejos
le rendimos homenaje, vasallaje y pleitesía
y, por vosotros, los hombres de estos nuevos tiempos,
pedimos e hundimos nuestras rodillas en el suelo:
que no perdáis la fe,
que no temáis seguir a la estrella que siempre guía
y Dios os colmará de una felicidad sin medida.
Amén.

P. Javier Leoz