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lunes, 11 de enero de 2016

¡Seamos tres! - P. Javier Leoz

Los que busquen y nunca se detengan
a la hora de encontrar al REY DE REYES,
al que es fuente de paz y de alegría.

¡Seamos tres!
Porque, sólo los que cabalgan,
sobre el caballo de la fe,
un horizonte de estrellas espera
en medio de las dificultades.

¡Seamos tres!
Como aquellos, regios personajes,
que dejando palacios y vasallos,
quisieron ser siervos de un pequeño Rey.

¡Seamos tres!
Con tres palabras de aliento:
alegría, amor e ilusión.
Con tres huellas en el camino:
servicio, entrega y generosidad.
Con tres miradas hacia el cielo:
La fe, esperanza y caridad.

¡Seamos tres!
Y, como los Magos,
siempre en marcha y sin temor
hacia la meta, en la que nos espera,
el AMOR que ha bajado del cielo,
el AMOR que se deja adorar,
el AMOR que se deja tocar,
el AMOR que habla sin hablar.

¡Seamos tres!
Con el incienso de nuestra oración.
Con el oro de nuestra caridad.
Con la mirra de nuestra fragilidad.

¡Tres! ¡Seamos tres!
Para que, Jesús desde el Portal,
pueda una ver más comprobar,
que en el mundo siguen existiendo,
hombres y mujeres que dejan,
lo que tienen y no lo que son,
para ponerse en camino siguiendo
la ruta que marca la estrella de Belén.

¡Tres! ¡Seamos como aquellos tres!
Que proclamen, manifiesten y digan
que, como Jesús, no hay otro igual.
Que el mundo conozca, sienta y vea
la Salvación que viene de nuestro Dios.
Y eso… depende de muchos que,
como los Magos, se atrevan a ir….
de tres en tres.

P. Javier Leoz


miércoles, 6 de enero de 2016

Caminan, buscan y entregan - P. Javier Leoz



Reyes Magos, que saliendo de vuestros reinos,
cabalgáis en busca de Aquel que también dejó el suyo.
Decidnos:
¿Cómo  encontrar la ruta de Belén?
¿Cómo es la estrella que nos lleva hasta el Redentor?
La ruta de  Belén, es el camino de cada día.
Es la valentía de los que creen en medio de dificultades,
o la  persistencia, aún en medio de tormentas.
Es la curiosidad de indagar y avanzar
aunque no se vislumbre nada en el horizonte.

¿Y la estrella?
La estrella es la luz que ilumina el corazón.
La intuición de saber que, Dios, siempre acompaña.
La esperanza que te invita a seguir adelante
o la mañana en la que sientes
que Dios te espera, que Dios te aguarda.

Decidnos, Reyes Magos, ¿cómo es Dios?
Dios, es imposible de descifrarlo:
Lo vimos, y  le adoramos.
No nos habló, pero nosotros lo hicimos con agasajos.
Le presentamos la riqueza que el mundo tiene
y de la que tanto le cuesta desprenderse.
Le ofrecimos el incienso con el cual el hombre
hoy, en vuestro tiempo,
perfuma y ensalza todo lo material,
olvidando al Único que es digno de tal honor.

Dejamos a sus plantas, con lágrimas en los ojos,
la humanidad y sus pecados,
el mundo y sus contradicciones,
la tierra y todo lo que le atemoriza.
Pero, sobre todo, como regios llegados desde lejos
le rendimos homenaje, vasallaje y pleitesía
y, por vosotros, los hombres de estos nuevos tiempos,
pedimos e hundimos nuestras rodillas en el suelo:
que no perdáis la fe,
que no temáis seguir a la estrella que siempre guía
y Dios os colmará de una felicidad sin medida.
Amén.

P. Javier Leoz