miércoles, 4 de noviembre de 2015

Las lágrimas y la sonrisa



Una bonita observación que puedes hacer
los días en que llueve.
Contempla cómo la tierra
va absorbiendo el agua suavemente.

Si la lluvia es tormentosa, te darás cuenta
de que corre velozmente a los ríos,
a los pantanos y al mar.
Son dos momentos distintos para la tierra.

En el primer caso, las gotas de lluvia
son como lágrimas de consuelo
para su sedienta superficie.
En el segundo caso, la tierra
llora de pena al ver que tanta agua
se pierde en los mares y otros lugares
en donde hace menos falta.

Ella, sin embargo, a pesar de los pesares,
saca fuerza de flaqueza para mostrar
a tu mirada, la sonrisa de sus flores,
el viento suave que embellece y broncea tu cara.

La tierra quiere mantenerse siempre en flor.
Toda una lección para ti.
A lo largo del día y de cada estación
tienes motivos más que suficientes
como para renovarte y mantenerte
siempre en flor con tu sonrisa.

Puede que unos días la lluvia
de cuanto haces y eres,
penetre más hondamente en ti.
La conclusión es clara:
ese día las lágrimas de la emoción
afloran en tus ojos como dos gotas
de rocío que adornan las hojas de los parques.
¿Has visto a la tierra quejarse alguna vez?

Echa los remos de tu vida a la mar.
Rema con fuerza cuando haya tormenta.
Rema suave cuando la lluvia fina
empapa tu cabello y alivia tu rostro
quemado por el sol.
Estarás en flor como una pura sonrisa.
¡Vive hoy felíz!

Padre Felipe Santos Campaña SDB

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