Levanta tus ojos al Cielo y mira las nubes
que parecen motas de algodón.
Observa el ave que surca los aires
en su plena libertad y los pequeños detalles
que a simple vista no se pueden ver .
Empápate de la belleza que te rodea
y da a la Naturaleza como las verdes
montañas las flores de hermosos colores,
el paisaje que parece una pintura
del mejor pintor y en el murmullo
de los riachuelos .
Guarda en tu alma, templo del cuerpo,
todo cuanto te ha obsequiado,
y en la noche ante el manto de miles
de estrellas ,medita en la inmensidad
del Universo y respira el aire nocturno.
Llena tu corazón de paz y piensa
en la majestuosa belleza de la vida,
que a pesar de todo, hace que el sol
brille para todos y toma de esas fuerzas
que rige el mundo para vencer todo
obstáculo y toda frontera y convertirla
en el mayor de los éxitos porque
esa fuerza es el AMOR de DIOS
que habita en tu corazón...
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