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martes, 2 de febrero de 2016

El mundo debe ser a mi manera-Mensaje Espiritual


Muchas veces sin darnos cuentas nos comportamos
como si fuéramos los amos del mundo y todo
lo que en él existe, incluyendo todas las personas
a nuestro alrededor. Esto por supuesto es una reacción
inconsciente. Se manifiesta porque queremos que todo
funcione de la manera en que esperamos y que las personas
reaccionen de acuerdo a los estándares que nosotros
les hemos impuesto.

Esto podría llamarse la enfermedad de "debería."
Un ejemplo de esto es si nuestro mejor amigo
no nos llama por teléfono; la forma normal
de reaccionar es llamarlo o esperar a que nos llame.
Las personas que esperan que el mundo gire
a su voluntad piensan de la siguiente forma:
"mi amigo me debería haber llamado; mi amigo
debería de acordarse de mi, debería de ....."
Cuando pensamos que las personas deberían
de haber actuado de cierta forma en realidad
estamos sugiriendo que deberían de comportarse
de la forma que esperamos.

Cuando nos hacemos dependientes del "debería",
le fijamos estándares a las otras personas.
No las estamos aceptando tal y como son,
queremos que sean como nosotros lo deseamos.

Por mucho que deseemos cambiar a la gente,
no va a cambiar. Cada persona ha desarrollado
una personalidad basada en la experiencia
de su vida y sus genes. Y además quiénes
somos nosotros para que le impongamos
a alguien cómo debe comportarse.
Por lo tanto no tenemos el poder ni la autoridad
para imponer estándares a otras personas.
Si empezamos a esperar que la gente actué
como nosotros queremos estamos sufriendo
innecesariamente.

La próxima vez que alguien no actué como tú
"esperabas", no te sientas enojado o decepcionado.
Menos pienses que esa persona tiene algo
en contra tuya. Lo más seguro es que esa persona
ni siquiera se de cuente que te ha molestado.

Cuando imponemos estándares en otras personas,
estamos imponiéndonos decepción.
Respeta a cada persona y su individualidad.
En realidad los estándares que les ponemos
a las otras personas están basados en nuestras debilidades.
La próxima vez que te sorprendas pensando (o hablando)
en los términos "debería", acerca de otra persona,
detente y examina si estás en lo justo.