El amor alienta, el odio abate;
el amor sonríe, el odio gruñe;
el amor atrae, el odio rechaza;
el amor confía, el odio sospecha.
El amor enternece, el odio enardece;
el amor canta, el odio espanta;
el amor tranquiliza, el odio altera;
el amor guarda silencio, el odio vocifera.
El amor edifica, el odio destruye;
el amor siembra, el odio arranca;
el amor espera, el odio desespera;
el amor consuela, el odio exaspera.
El amor suaviza, el odio irrita;
el amor aclara, el odio confunde;
el amor perdona, el odio intriga;
el amor vivifica, el odio mata.
El amor es dulce; el odio es amargo;
el amor es pacífico; el odio es explosivo;
el amor es veraz, el odio es mentiroso;
el amor es luminoso, el odio es tenebroso.
El amor es humilde, el odio es altanero;
el amor es sumiso, el odio es jactancioso;
el amor es manso, el odio es belicoso;
el amor es espiritual, el odio es carnal.
El amor es sublime, el odio es triste.
P. Javier Leoz