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viernes, 15 de enero de 2016

Hubo un momento

Hubo un momento en el que creías
que la tristeza sería eterna; pero volviste
a sorprenderte a ti mismo riendo sin parar.

Hubo un momento en el que dejaste
de creer en el amor; y luego te diste cuenta
de la importancia que guardan dentro de sí
las personas y te ayudó a amar
a los demás cada día más.

Hubo un momento en el que la amistad
parecía no existir; y descubriste el valor
de reír y llorar, en los mejores
y en los peores momentos, descubriendo
así la grandeza de vivir desde dentro
con alguien a quien quieres.

Hubo un momento en el que estabas
seguro que la comunicación con alguien
se había perdido; y fue luego cuando
tu e-mail se llenó de mensajes alentadores,
tu móvil de llamadas de encuentro,
y de pitidos de recuerdo.

Hubo un momento en el que una pelea
prometía ser eterna; y sin dejarte ni siquiera
entristecerte, terminó en un abrazo.

Hubo un momento en que un examen
parecía imposible de pasar; y hoy
es un examen más que aprobaste.

Hubo un momento en el que sentiste
que no podrías hacer algo;
y hoy te sorprendes a ti mismo haciéndolo.

Hubo un momento en el que creíste
que nadie podía comprenderte;
y te quedaste paralizado mientras
alguien parecía leer tu corazón.

Así como hubo momentos en que la vida
cambió en un instante, nunca olvides
que un instante también puede cambiar tu vida, 
y aún habrá momentos en que lo imposible,
se tornará un sueño hecho realidad.

"Nunca dejes de soñar, porque soñar
es el principio de un sueño hecho realidad".

Recuerda:
"Todo lo que sucede, sucede por una razón".

domingo, 8 de noviembre de 2015

Amigo de ti mismo - P. Ignacio Larrañaga


El paso primero de la liberación
consiste en hacerse amigo de sí mismo.
La observación de la vida me llevó a la convicción
de que son pocos los que "se gustan" de sí mismos
y que son muchos los que son secretamente enemigos de sí.

A lo largo de la vida he oído a distintas personas
expresarse con distintas palabras de esta manera:
se vive una sola vez, y esta sola vez me ha tocado
en suerte un modo de ser que a mí no me gusta nada.

Ellos dicen que soy antipático (para ellos).
¡Si supieran lo antipático que soy para mí mismo!
Dicen que no les gusta mi modo de ser;
¡si supieran cuánto me disgusta a mí...!
Puedo mudar esta ropa por otra.
No puedo cambiar esta vestidura (personalidad) por otra.

Esto que soy acabará conmigo en la sepultura
cuando yo acabe.
Y pensar que se vive una sola vez
y que me haya tocado una personalidad
que a mí no me gusta...

Y acaban declarándose una guerra
de auto-exterminio psicológico.
Y de estas profundidades nacen los tipos
difíciles y conflictivos que encontramos en la sociedad.
Y a veces acaban diciendo:
parece que hubiera nacido para sufrir;
una desgracia, haber nacido.

Tengo que afirmar que no se trata de una desgracia.
Eres un regalo excelso, eres un privilegiado,
porque si tienes tres defectos, tienes treinta cualidades.
Eres una obra de artesanía elaborada
sabiamente por el Artista Divino.
Eres una obra maestra salida de las manos divinas.

Si dicen que ese universo está sembrado de maravillas,
la maravilla máxima eres tú mismo,
portador de un aliento divino e inmortal.
Sólo te hace falta una cosa: lanzarte de cabeza
en las manos potentes y amantes del Padre querido
con un amén, feliz de ser como eres;
contento de ser como eres, amigo de ti mismo ante todo.
No olvides que somos aliento y fragancia de Dios.

P. Ignacio Larrañaga

viernes, 6 de noviembre de 2015

Las luces de la vida - Mensaje Espiritual



En la vida no puedes dar marcha atrás. 
No puedes cambiar los días
e ir de la noche a la mañana.
Debes ir siempre hacía adelante,
día tras día, año tras año,
no puedes permanecer parado.

Nadie puede detener el tiempo.
Hay muchas encrucijadas,
por eso fíjate en las luces:
avaricia desmedida,
egoísmo enloquecedor,
celos enfermizos,
son luces rojas
en el semáforo de la vida.

Deténte, porque tras ellas
hay solamente caminos tortuosos
y precipicios escondidos.

La amistad, el perdón, la ayuda,
la ternura, son luces verdes,
sigue adelante sin miedo:
sé cariñoso y amable en el trato
diario con personas y cosas.

Deja que el motor de tu corazón
siempre esté en marcha y no te olvides 
que existe solamente una llave
segura de contacto:
"EL AMOR"
De un correo de Mensaje Espiritual